*Dedicado a Rubio por Poemario
por un Sahara Libre
En la ciudad ocupada de Dajla
antiguo Villa Cisneros, Sahara Occidental falleció esta madrugada del sábado 9
de junio a las 05 de la madrugada, Salka Mint Mohamed Uld Abdelhay,
familia de Ahel Emneisir. Nacida en
Tichla, región de Tiris en el año 1940. Salka militó en las primeras células
clandestinas del Polisario en la ciudad de Dajla durante los años setenta,
movilizando y cohesionando a muchas otras mujeres entorno a las filas del
Polisario durante la presencia española en el territorio. Tras el abandono
español al Sahara Occidental en el 1976, y la ocupación marroquí mauritana, su
marido Mohamed Lefdayel y uno de sus
hijos, conocido como Ahmed El Rubio, se
incorporaron a las filas de las primeras unidades militares del Frente
Polisario cayendo su marido Mohamed Lefdeyel en combate en el año 1982, estando
ella en la ciudad de Dajla ocupada por las fuerzas marroquíes.
Salka falleció después de
vivir y sufrir en su propia carne los años de plomo de la ocupación marroquí
durante 37 años sin poder salir de la ciudad, y cuando lo intentó una vez, las
autoridades marroquíes les dijeron en el aeropuerto “eres una marroquí y no
puedes salir a Mauritania”. Esta singular mujer ha muerto con el mismo sueño de
aquel joven universitario que junto a otros fundaron el Polisario, Luali
Mustafa, quien cayó el mismo día que ella, un 9 de junio.
Conocida por su carácter
rebelde contra los marroquíes, aconsejaba a sus hijos una muerte digna entre
los suyos recordándoles el proverbio saharaui “الموت
اف عشر انزاه” (“Caer entre
diez que comparten los mismos principios de lucha es una delicia”). Frase en la
que Salka Mint Emneisir instaba a sus hijos a no traicionar su gente ni sus
principios de lucha. Su hijo Ahmed, conocido como Rubio, decía que murió
esperando el reencuentro de patria entre hijos y madre, y que ella mantenía
intactas las pertenencias de Ahmed en su casa, un magnetofón de los años
setenta, discos de vinilo de música, álbumes de fotos y muchos libros que el
Rubio dejó en su cuarto cuando huyó de la ciudad para incorporarse junto a su
padre a la lucha contra la invasión marroquí al territorio. El escritor español
premio Alfaguara 2007 Luis Leante recoge esta historia hace referencia en su
blog “Los murmullos de la tribu”.
Ahmet el Rubio volvió a ver
a su madre treinta años después. Regresó a Villa Cisneros con un grupo de la
ONU y se dio de frente con su pasado. Su madre conservaba aún sus pantalones
vaqueros de campana, sus zapatillas de deporte, los libros del instituto y un
magnetófono que Ahmet compró con sus ahorros. Todas las noches, antes de
acostarse, la mujer entraba a la habitación de su primogénito y contemplaba
esos objetos que mantenían viva la memoria de su hijo. Me lo cuenta susurrando,
como si temiera que el viento del desierto se llevara sus palabras.
Descanse en paz esta gran
mujer y madre coraje saharaui.